Just Water se aprovecha de una mala situación para sacar una buena idea: sus botellas son totalmente reciclables y están hechas, en 53 por ciento, de papel; el resto de la botella está hecho de plástico y solo una pequeña parte de aluminio.
Grace Jeon es una entusiasta del agua de llave de New York. A pesar de dirigir una empresa embotelladora de agua, ella defiende las virtudes del agua potable pública.
Jeon presenta a su compañía, Just Water, como la segunda mejor opción después del agua de llave. "Jamás defendería que esto es mejor que el agua del grifo", asegura ella. Sin embargo, como ella misma indica, muchos estadounidenses prefieren tomar agua embotellada por sobre la pública por la comodidad de las botellas.
Ahí es donde destaca su empresa por sobre otras. Just Water se aprovecha de una mala situación para sacar una buena idea: sus botellas son totalmente reciclables y están hechas, en 53 por ciento, de papel; el resto de la botella está hecho de plástico y solo una pequeña parte de aluminio. Incluso, el último mes sacaron otra botella cuya parte superior está hecha de plástico vegetal derivado de caña de azúcar. Ella indica que así su producto es menos dañino para el medio ambiente.
Además, la empresa ayuda al poblado de Glens Falls, New York. La ciudad ha vivido un declive en términos de población y manufacturas. Pero posee agua. Y mucha: cuatro reservas y más de 2025 hectáreas de cuencas. Just Water tiene un acuerdo con la ciudad mediante el cual compra una cantidad de agua que es al menos seis veces la tasa residencial. Una parte del dinero de la compra del agua regresa a la comunidad y se utiliza para mantener su infraestructura hidráulica, que tiene más de 100 años. Jeon defiende su producto como ambientalista y pide elegir con sabiduría. “No se trata de hacer que más gente beba agua embotellada”, dijo. Pero si vas a tomar agua embotellada, “considera una mejor opción que la actual”.