Cristian Rogel es Químico Farmacéutico de la Universidad de Concepción, Magister en Ciencias Farmacéuticas (Universidad de Concepción) y Doctor en Ciencia de los Alimentos (Universidad de California – Davis, USA). Desde mayo del 2017, se desempeña como profesor asistente en el Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción.

Cristián se integró a CENEM motivado por una la línea de investigación que desea desarrollar y que se basa en la utilización de subproductos agroindustriales como materia prima para la obtención de compuestos activos, como por ejemplo compuestos antioxidantes, que puedan ser incorporados a envases activos.

Actualmente, se encuentra ejecutando un proyecto FONDECYT de Iniciación titulado “Novel Active Films with Antioxidant and Antifungal properties based on PLA and Alginate containing Chestnuts Shells (Castanea sativa)”. El objetivo del proyecto es el desarrollo de una película activa, biodegradable; en el caso del PLA (biopolímero obtenido a partir de recursos renovables) y comestible, en el caso del Alginato (Polisacárido aniónico presente en las algas pardas)  que pueda ser utilizada para la protección de frutas frente al daño producido por patógenos de interés agrícola.

Específicamente, se utilizará la cáscara de castañas para la obtención de compuestos activos con actividad antioxidante y antifúngica frente a patógenos de interés agrícola como, por ejemplo, Botrytis cinerea. Finalmente, las nuevas películas activas serán evaluadas in vivo para determinar su eficacia en la mejora de la vida útil de las frutillas.

Conversamos con él para conocer más sobre su visión de la industria del packaging y el aporte que realiza la tecnología de los alimentos en el desarrollo de envases y embalajes más funcionales.

¿Cómo conociste CENEM?

Durante el proceso de desarrollo de la propuesta, realicé una búsqueda acerca de lugares e instituciones que trabajaban o estaban relacionadas con el tema de plásticos en el área de alimentos. Fue así como encontré a CENEM, porque me di cuenta de que cumplía con lo que necesitaba en términos de un lugar con información relacionada con los envases, principalmente la referente a la normativa vigente nacional. Por otro lado, mi interés en CENEM también se basó en el hecho de que es una plataforma que reúne a la industria, tanto del plástico como la alimentaria, así como a productores.

¿Qué importancia te merecen los envases en la conservación de los alimentos?

Personalmente creo que los envases, junto con los distintos métodos de conservación (como ejemplo la refrigeración o la deshidratación) cumplen un rol muy importante en la extensión de la vida útil de los alimentos. En este sentido, un buen envase debe:  contener el alimento; asegurar su protección contra factores físicos (golpes, luz), químicos (rancidez, pardeamiento no enzimático) y biológicos (pardeamiento enzimático, contaminación con microorganismos patógenos); proveer información sobre el alimento y  hacer conveniente su manipulación desde la distribución hasta su consumo.

Por otro lado, si se considera que todo envase está directamente en contacto con el alimento, un buen envase debe asegurar que éste no contaminará ni liberará ningún componente utilizado en su fabricación hacia al alimento.

¿De qué forma la tecnología de los alimentos y el packaging se complementan para el desarrollo y diseño de nuevos materiales?

Si consideramos la mala fama que ha adquirido el plástico, que es uno de los principales materiales utilizados en la fabricación de envases, la actual tendencia está enfocada en la búsqueda de alternativas más amigables con el medio ambiente y más sustentables. Lo anterior está sustentado en el hecho de que los consumidores están al tanto de la problemática ambiental que generan los plásticos y exigen nuevos envases que sean biodegradables y sustentables.

Producto de las nuevas tendencias lideradas por los consumidores es que la industria, así como los organismos educacionales como las universidades, están enfocando sus esfuerzos en la generación de nuevos materiales alternativos al plástico para el desarrollo de nuevos envases. Un ejemplo práctico de estos esfuerzos es la obtención de los biopolímeros. Los biopolímeros son compuestos que tienen la gran ventaja de ser obtenidos de fuentes renovables, lo que los hacen sustentables, amigables con el medioambiente y biodegradables. Aunque estos materiales presentan una serie de desafíos tecnológicos para su uso en envases, son una alternativa muy prometedora para los plásticos. Entre los biopolímeros disponibles actualmente se encuentran el ácido poli láctico (PLA), almidón, celulosa, quitina/quitosan, entre otros.

A mi parecer, el desarrollo de estos nuevos materiales está directamente relacionado con el ámbito de la tecnología de los alimentos. Esta disciplina es de gran relevancia en el desarrollo de nuevos envases como, por ejemplo, los denominados envases activos y envases inteligentes. En el caso de los envases activos, estos pueden ser utilizados para transportar compuestos activos con actividad antioxidante, antibacteriana o antifúngica, lo que aumentará la vida útil del alimento.

Por otro lado, y en plena era digital, los envases inteligentes, son el futuro entre la interacción entre el consumidor y el producto alimenticio. Este tipo de envases buscan entregar información sobre, por ejemplo, si el alimento a mantenido su cadena de frío o si el alimento a comenzado a descomponerse.

¿Qué destacarías del trabajo que realiza CENEM?

Destacaría, primero, su rol como un centro de referencia que reúne a todos los participantes de esta gran cadena que representa el uso de envases y los distintos materiales en el ámbito industrial, específicamente, el área de los alimentos. Segundo, su rol como medio de difusión entre las instituciones generadoras de conocimiento y el ambiente industrial. En este sentido, permite comunicar los avances que se han desarrollado a un público masivo. Finalmente, destacaría la posibilidad que brinda de estar en contacto con grandes empresas.