La contaminación es un problema real que afecta a nuestro entorno en la actualidad y que, si no se disminuye, podría traer graves consecuencias para nuestro planeta.
La actividad industrial y los productos de un solo uso que se convierten rápidamente en desechos, en especial los plásticos, son algunas de las cosas que dañan más el medio ambiente. Y muchos piensan que no se pueden eliminar estos problemas sin perjudicar a la economía de un país, pero no es así.
Existe un modelo que ha sido aplicado con éxito en varias ciudades del mundo, que permite reducir los desechos y las emisiones de carbono, sin perjudicar los negocios ni el empleo: la economía circular.
Austin (Estados Unidos), Dijon (Francia) y Logroño (España) son algunas de las urbes más conocidas que lo han implementado, según el periódico español El País.
Este sistema puede ayudar a reducir entre 80% y 99% los desechos industriales en algunos sectores, y entre 79% y 99% de sus emisiones, permitiendo cuidar mucho más nuestro entorno, de acuerdo a cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Dicho resultado se puede lograr gracias a que la economía circular se inspira en cómo funciona la naturaleza: nada se pierde, todo se reutiliza.
Al respecto, Adriana Zacarías, coordinadora de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente, explica que “básicamente, sería decir que tenemos que inspirarnos en la naturaleza, en donde no existe el concepto de desperdicio. Todo lo que la naturaleza genera es un insumo o alimento para otro organismo”.
“Pensemos en el bosque, las hojas de un árbol se convierten en abono para la tierra; un animal muerto, llega otro y lo come. Todo es un flujo cerrado”, añade.
De este modo, la economía circular llama a cambiar la forma en el consumimos, y no afecta el empleo gracias a que permite crear nuevos puestos de trabajo enfocados en la reparación, reutilización y el reciclaje.
“Lo que la economía circular nos dice es que es necesario cambiar la forma en la que actualmente producimos y consumimos, que está basada en una economía lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio. Lo que queremos es pasar a una economía circular en la que tenemos que cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales”, dice la experta.
Asimismo, recalca que “si pudiéramos poner en práctica la economía circular, podría generar nuevos mercados, como la producción de abonos o de alimento de ganado, lo que podría llevar a la innovación y la generación de empleos”.
Para lograr un cambio hacia un modelo circular, la experta de la ONU invita a “pasar de ser consumidores a ser ciudadanos”.
“Hay que trabajar la conciencia de nosotros como ciudadanos y cambiar nuestro chip y empezar a repensar nuestros patrones de consumo. Empezar a repensar si necesitamos comprar algo antes de repararlo, si no podemos hacer cosas por nosotros mismos, si no puedes reutilizar un producto antes de comprar uno nuevo y empezar a cambiar nuestros propios hábitos y movernos hacia estilos de vida más sostenibles”, concluye.