ENERO 2017
La Ley de Etiquetado en Chile a seis meses de su implementación

Una encuesta realizada por el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la U. de Chile, midió la percepción de los consumidores a seis meses de vigencia de la Ley de Etiquetado de Alimentos y afirma que el 56,2% de los consumidores no compara la cantidad de sellos al momento de realizar una compra.

Sobre la percepción de las personas al ver un alimento con sello, la encuesta muestra que el 78% la considera para el consumo, indicando que debería dejar de comerlo (25,7%), ingerirlo menos veces (26,2%) o en menor cantidad (26,6%).

Para el jefe de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, Tito Pizarro, los resultados evidencian que “por un lado la gente conoce la ley y eso nos tiene contentos. Y por otro, que todas las encuestas, en genérico, muestran que hay un 50% que dice que los sellos la ayudan a comprar y otro 50% que dice que no”. Agregó que “lo interesante es que a seis meses de instalada una política pública, la mitad de la población está considerando el sello para su decisión de compra”.

Marisol Figueroa, gerenta general de AB Chile, mantuvo las críticas del gremio en torno a que el etiquetado puede ser confuso para los consumidores. “Esta encuesta y las que hemos hecho nosotros indican que cerca del 50% no sabe cómo elegir productos con la misma cantidad de sellos”. Agregó que “la ley es perfectible, no estamos en contra de ella e invitamos a crear una mesa de trabajo donde se junten todas las miradas de forma permanente”.

Por su parte, agrupaciones de consumidores anunciaron la presentación de un estudio que medirá el nivel de cumplimiento de la industria alimentaria con la ley de etiquetado de alimentos, que incluiría exámenes de laboratorio a cereales, lácteos, galletas para saber si cumplen con lo que los nutrientes críticos que los envases de los productos dicen tener. El presidente de Conadecus, Hernán Calderón, anunció que pretenden dar a conocer el estudio en marzo.

Por su parte, tras la promulgación de la ley las firmas han incurrido en programas de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i), proceso que para Flavio Araya, director de Estándares Productivos de Fundación Chile (FCh) podría estar liderado por startups, debido a que pueden tomar riesgos y crear libremente.

Hace un año, las universidades de Chile, Católica, de la Frontera y de Talca se adjudicaron $ 9.700 millones para el primer Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), financiado por Corfo, que busca establecer un centro de pilotaje dedicado al desarrollo y escalamiento comercial de nuevos productos, a fin de potenciar emprendimientos e innovaciones para sofisticar y diversificar la matriz alimentaria chilena. Ricardo Pérez, académico de la U. Católica que lidera el proyecto, señala que CeTA abrirá oportunidades de proveer tecnologías y articular capacidades, uniendo la academia y las empresas, mediante I+D+i. "El país necesita dar valor agregado a productos saludables para duplicar las exportaciones de alimentos a 2030", agrega. Las multinacionales que fuera de Chile comercializan productos más sanos se han adaptado rápido, indica Araya de FCh, no obstante, la baja exigencia estatal provocó que ingresaran al país productos altos en nutrientes críticos, acostumbrando a la población a exigirlos. "Ingerir altos niveles de azúcar es un problema cultural y para resolverlo es necesario reeducar a la población, en especial a los niños, mostrarles que lo que consumen tiene implicancias en su salud", afirma.

Por otro lado, Pía Larrondo, coordinadora de I+D con la industria para el Área Alimentos del Centro de Innovación UC, destaca que los desafíos de las empresas son garantizar al consumidor que los productos reformulados mantengan sus propiedades organolépticas (sabor, textura y olor); que este cambio no implique un alza excesiva de los costos de producción; y que pueda ser integrado en los procesos operativos de la empresa.

Fuente : DF / La Tercera