ENERO 2017
Innovación en materiales: Fabrican bolsa biodegradable con cáscara de langostino

Investigadores de la Universidad de Nottingham están probando los caparazones de los langostinos para fabricar bolsas de compras biodegradables, como una alternativa verde a las de plástico que en su mayoría son producidas con petróleo.

Entre las propiedades de estas nuevas bolsas ecológicas podrían ayudar a prolongar la vida útil del producto. Este nuevo material económico está siendo optimizado para las condiciones de Egipto, ya que la gestión de residuos es uno de los mayores desafíos de ese país africano.

Nicola Everitt, Bioingeniero de la Facultad de Ingeniería de Nottingham y jefe de la investigación, opinó que los envases de plástico no degradable causan problemas ambientales y de salud pública en Egipto, como la contaminación de los suministros de agua, que afecta en especial las condiciones de vida de los pobres.

Explicó que el uso de un biopolímero biodegradable hecho con cáscaras de langostinos para las bolsas daría lugar a menores emisiones de carbono y reduciría el desperdicio de alimentos y envases que se acumulan en las calles o en los vertederos ilegales: “También podría hacer que las exportaciones sean más aceptables para el mercado extranjero en un plazo de 10 a 15 años. Todas son prioridades a nivel nacional en Egipto”.

Este nuevo proyecto, en el que participan académicos de la Universidad del Nilo en Egipto, consiste en convertir las cáscaras de langostinos, que son una parte de los residuos del país, en un material rentable.

La investigación se centra en el quitosano, polímero artificial derivado de la quitina, que es un compuesto orgánico. Se extrae de los caparazones de los langostinos, utilizando primero ácido (para eliminar la espina dorsal de carbonato de calcio del caparazón) y luego un álcali (para producir las largas cadenas moleculares que constituyen el biopolímero). Los copos secos de quitosano se disuelven en una solución y se elabora una película de polímero con las técnicas de procesamiento convencionales.

La elección del quitosano se debe a que es un polímero biodegradable que ya se utiliza en envases farmacéuticos por sus propiedades como antimicrobiano, antibacteriano y biocompatibles.

El proyecto está patrocinado por el Fondo Newton y un subsidio de la Fundación Newton-Mosharafa.

Fuente : www.fis.com
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