Una novedosa innovación para el sector agrícola está desarrollando la empresa chilena South Hemp junto al Centro de Excelencia en Nanotecnología (CEN) Leitat Chile, filial del centro español del mismo nombre. Productos tan diferentes como el cáñamo y el cobre, son los principales insumos para fabricar empaques que lograrían aplazar la vida útil de frutas de exportación, especialmente uvas, manzanas y carozos, hasta en 30 días, duplicando o triplicando en algunos casos el tiempo disponible para que lleguen en perfectas condiciones a sus mercados de destino. Este packaging llega en momentos en que la fruticultura vive un gran dinamismo en términos de producción y exportaciones.
Según datos de la Oficina de Estudios de Política Agraria (Odepa), el volumen total de fruta fresca exportado en 2017 fue de 2,65 millones de toneladas por un valor de US$ 4.800 millones, muy similar al comportamiento del año previo. Por eso se entiende el esfuerzo para mejorar los materiales de embalaje y facilitar así el acceso a mercados cada vez más remotos. Actualmente la industria frutícola emplea la fibra de celulosa en su packaging, la cual además posee una baja resistencia al ataque de microorganismos, incluso favoreciendo su proliferación.
Cultivo responsable
El director ejecutivo de Leitat Chile, José Luis Checa, asegura que para encontrar una solución al problemático ataque de microorganismos a los frutos de exportación fue necesario pensar en el desarrollo de materiales bioactivos. Así, dieron con la nanocelulosa obtenida del cáñamo industrial que mezclada con moléculas de cobre logra conferir propiedades de mayor resistencia mecánica al embalaje, incluso con menor cantidad de fibra. La investigación forma parte del Programa de Centros de Excelencia Internacionales que impulsa la Corfo desde 2008 y que ha atraído a distintos centros de investigación internacionales.
“Hasta 1947 Chile fue uno de los principales productores de cáñamo a nivel mundial, y hoy mediante nuevas aplicaciones innovadoras junto al soporte de empresarios chilenos Leitat está consiguiendo recuperar su producción local y aplicación sofisticada a productos diferenciales a nivel mundial”, comenta Checa, de origen español, avecindado en Chile desde 2015. Recalca que están trabajando de la mano con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), pues las plantas de cáñamo (que es el nombre que reciben las varie‐ dades de la planta Cannabis) se han introducido en forma controlada, progresiva y de variedad certificada, permitiendo la evolución varietal esperada para los usos específicos del proyecto. Según Checa, el cultivo de cáñamo industrial para fabricar este tipo de packa‐ ging no tiene impactos negativos sobre el medioambiente, partiendo porque necesita muy bajos requerimientos de agua y no requiere tanto suelo para su reproducción.