La compañía danesa de cerveza reveló dos nuevos prototipos reciclables de la botella de fibra de madera de origen sostenible, que espera llevar al mercado. Una versión está revestida con una película delgada de plástico PET reciclado para evitar que la cerveza se filtre. La otro usa un revestimiento de base biológica. Los prototipos se utilizarán para probar los revestimientos, indicó CNN.

Para Carlsberg, la innovación es una forma de reducir su impacto en el medioambiente y presentar a los consumidores una nueva opción interesante.

Las botellas de fibra son mejores para el medio ambiente que el aluminio o el vidrio porque se obtienen de manera sostenible y porque el material tiene un “impacto muy bajo en el proceso de producción”, explicó Myriam Shingleton, vicepresidenta de Desarrollo Grupal de Carlsberg.

“La energía y la eficiencia de la tecnología que estamos usando” reducen las emisiones de carbono en comparación con otros procesos de producción, dijo.

Carlsberg comenzó a trabajar en el nuevo tipo de embotellamiento en 2015 y todavía está a unos años de distancia, al menos, de vender la botella a los clientes. Una razón por la que lleva tanto tiempo desarrollar una botella de papel eficaz es que Carlsberg necesita asegurarse de que el nuevo paquete no altere el sabor de su bebida carbonatada, y porque los tipos de materiales que está buscando, como el polímero de revestimiento de base biológica, no están disponibles comercialmente.

Para avanzar, Carlsberg se ha asociado con expertos en embalaje y otras compañías. Este jueves, Carlsberg dijo que Absolut, Coca-Cola y L’Oréal se unen a sus esfuerzos para desarrollar envases de papel efectivos. Más socios pueden ayudar a aumentar la demanda general para el tipo de materiales que necesita.

Shingleton notó que Carlsberg no espera reemplazar sus latas y botellas con el nuevo modelo. En cambio, la compañía quiere ofrecer a sus clientes otra opción.

El año pasado, la compañía comenzó a vender cervezas en “paquetes instantáneos”. Los paquetes cuentan con latas de cerveza que se mantuvieron juntas, en lugar de mantenerse unidas por anillos de plástico que a menudo terminan contaminando el océano y pueden dañar la vida de los animales. Carlsberg y sus socios tardaron tres años en desarrollar la tecnología.

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