Queda menos para que comiencen a operar los primeros sistemas de gestión que se harán cargo del reciclaje y valorización de los residuos industriales en el marco de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP).
No obstante, el sector industrial partirá con brechas importantes. Según un estudio realizado por Sofofa y la Universidad de Concepción, sólo el 10,5% de los residuos industriales son reciclados y valorizados como materia prima para otro producto. Una cifra muy por debajo de las tasas que registran países de la OCDE (Organización para el Desarrollo y Cooperación Económicos) que oscilan entre el 60% y el 100%.
El estudio -que se enmarca en una iniciativa que partió hace tres años para estudiar los residuos industriales y determinar sus oportunidades- busca que estos materiales y sustancias industriales y mineras, puedan recibir una calificación distinta para poder ser valorizados.
El director del Centro de Medio Ambiente y Energía de Sofofa, Jorge Cáceres, explica que han estado investigando y trazando experiencias internacionales para que estos materiales puedan ser denominados “productos secundarios o subproductos, entendiéndose que es posible valorizarlos y no necesariamente que tengan que ir a un relleno sanitario o un lugar de disposición final”, dice.
Según el estudio, en 2019 a nivel nacional, se generaron 19,7 millones de toneladas de residuos, de los cuales el 59% son de origen industrial.
También identifica que el 75% de la generación de los residuos industriales se concentra en 15 tipos, los que pertenecen a una categoría de materiales que puede ser incorporada rápidamente a la economía como potenciales sustitutos de materias primas naturales.
Por ejemplo, Cáceres comenta que la escoria siderúrgica o la escoria de cobre, en países como Alemania, Bélgica y Finlandia, dejaron de denominarse residuos y se recategorizaron como un “árido artificial”, dentro del concepto de producto secundario. Este se utiliza para sustituir a los áridos naturales en la construcción de infraestructura y carreteras.
Cáceres señala que hay otras categorías y materiales, que según referencias internacionales, requieren mayor investigación y desarrollo. “Parte de ellos son los relaves mineros, que son residuos que requieren un trabajo más fino respecto a lo que sería revalorizar la escoria de cobre por ejemplo, lo que puede ser inmediato”, afirma.
El gremio proyecta que con la incorporación de estos nuevos materiales revalorizados a la economía, se podrían ahorrar 94 millones de toneladas anuales de CO2 y sustituirse rápidamente 78 millones de toneladas anuales de recursos naturales y materias primas.
Cáceres indica que actualmente el mercado de valorización de estos residuos es de unos US$20 millones anuales en Chile, mientras que el mercado potencial podría llegar a US$400 millones.