JULIO 2017
Empresas logran una mayor productividad gracias a la automatización en el proceso de envasado

Los equipos de automatización de final de línea del envasado primario o secundario son variados, dependiendo del tipo de requerimiento de unitización para su embalaje y, frecuentemente, de la unidad de distribución para el retail. Por ejemplo, la inserción de x cantidad de sachets de salsa de tomate dentro de una caja de cartón corrugado, donde los equipos arman, pegan, llenan, sellan y rotulan la caja, y posteriormente, pueden paletizarse. O, en el caso de una promoción de productos de aseo, los equipos pueden programarse, por ejemplo, para insertar en un balde un envase autosoportante de un producto -un cepillo de limpieza, una esponja y una botella de plástico-, envolverlo en la unidad de venta y etiquetarlo; luego reunir x cantidad de estos en un embalaje mayor y paletizarlo, asegurando esta carga con film stretch.

Estos casos hablan del abanico de acciones que pueden requerirse, cuya diversidad implica la determinación precisa de líneas y de equipos que pueden ser fabricados e instalados por distintas marcas o empresas. La tendencia en este sentido es la integración para conseguir un proceso dinámico que incremente la eficiencia y productividad, mientras se reducen los costos generales.

Ventajas de la automatización

Los detalles de ingeniería implican conocer la diversidad de equipos disponibles para ajustarse también a los requerimientos de los envases ya llenados: por ejemplo, si se pueden empacar los productos de forma vertical u horizontal, si se pueden apilar o no.

Por ello, existen soluciones innovadoras de armado de cajas con llenado lateral, llenado por los costados, o por arriba, encartonado, mangas flexibles, etc. Incluso, algunas soluciones consideran el pre-picado para facilitar la extracción de los envases unitarios del empaque, por ejemplo, en los puntos de venta mayoristas con autoservicio, sector que incrementa en marcas propias, por citar un caso. En este sentido, si se piensa en el pre-picado en la parte superior para facilitar su apertura por un cliente en una góndola sin reponedor, el llenado seguramente será lateral o se usará una caja envolvente en el final de línea.

Hoy en día muchos fabricantes piden finales de línea más flexibles y adaptables, que puedan manejar productos de múltiples tamaños y formas, aunque, en paralelo, se ve la estandarización de estos para optimizar las instalaciones de final de línea.

Por otra parte, la sistematización como resultado de la automatización permite cuantificar con precisión las unidades de productos por caja/bolsa, turno y despacho y elimina errores de llenado en los empaques de distribución. En particular, reduce el tiempo de llenado manual de embalajes, como la carga física que esto puede implicar como trabajo repetitivo para los operarios. Asimismo, se puede optimizar el conteo de unidades, por ejemplo, de etiquetas o estuches de cartulina plegados que se despachan a un tercero que los ocupará para encartonar y etiquetar un producto, trabajos que demandan precisión y concentración permanentes y cuya manipulación exige máximo cuidado.

La automatización de final de línea de envasado/empacado está cada vez más presente en toda la gama de industrias, tanto para envases flexibles, de vidrio, plásticos rígidos, papeles y cartones de productos farmacéuticos, alimentarios, bebidas, como bienes no perecibles, y en todos ellos busca mayor sustentabilidad reduciendo materiales y consumo de energía.

Cada vez se reconoce más que el final de línea es un eje esencial del negocio, contribuyendo al éxito de las operaciones como de las ganancias de la empresa; por eso, la ingeniería y diseño de estos equipamientos debe pensarse integralmente e instalarse al principio del proceso.

 

Fuente: Revista Negocios Globales / por María Loreto Valdés Arrieta, Diseñadora PUC y Miembro del International Packaging Press Organization (IPPO).
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