MARZO 2020
Los efectos positivos y negativos que tendrá el coronavirus en el ecosistema innovador y emprendedor

Tiene a todo el mundo en vilo y atento a los próximos pasos. El covid-19 ha tenido un impacto tremendo alrededor del mundo en las últimas semanas. Con Chile ya en fases avanzadas de propagación con la dispersión comunitaria del virus, es de esperarse que esta pandemia tenga un efecto importante en la economía interna de acá en adelante.

Y no solo en el país: alrededor de todo el mundo la inestabilidad financiera y bursátil de los mercados ha sido la tónica en estos días ante la posibilidad de una eventual recesión global. A inicios de semana, por ejemplo, las principales bolsas se derrumbaron, incluso hasta más de 10%, aunque algunas después se recuperaron.

Por eso, en una economía como la chilena, que ya venía deprimida producto del estallido social del pasado octubre, el impacto por este virus mundial no será menor para el ecosistema, aseguran los expertos. La inestabilidad e incertidumbre que genera afecta a los inversionistas, debilita a los emprendedores y afecta también al proceso de la innovación. ‘El emprendedor y las pymes se están viendo particularmente afectados, debido a bajas en la demanda y los consiguientes problemas de flujo de caja. La reducción de presupuestos en empresas para hacer frente a los escenarios de una economía global y local debilitada muchas veces afectan de manera importante los recursos para innovar, que suelen ser de los primeros en ser recortados al tener un horizonte de impacto más largo’, señala Conrad Von Igel, director ejecutivo del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini.

Por otro lado, los requerimientos de aislamiento y el teletrabajo presentarán un desafío para las empresas. Según Soledad Lama, gerenta general de Comaco y miembro del grupo G100, se van a empezar a usar mucho más las plataformas de trabajo colaborativo que antes no se utilizaban y las compañías de delivery tendrán un crecimiento exponencial.

Catalina Boetsch, cofundadora del cowork CasaCo Chile, concuerda con este diagnóstico. ‘Los escenarios comunes dejaron de ser la constante y la palabra resiliencia pasó a ser un bien tangible. Esto mismo lo vemos en temas como el trabajo remoto, la educación en línea e incluso el e-commerce, donde pasaron de ser deseables a ser necesarios, abriéndose las puertas a nuevas maneras de ser y hacer empresas. Acá queda claro que se necesitan empresas más conscientes de su impacto, con miradas más colectivas y que entiendan que su mejor activo son las personas y las capacidades que tienen al interior de sus propias tribus’, explica la emprendedora.

También, desde Alerce Venture Capital, su gerente Pablo Fernández recalca que es un buen momento para armar equipos. ‘Al disminuir las condiciones u oportunidades laborales, se puede encontrar mucho talento dispuesto a emprender en algo que es más riesgoso, entonces es un buen momento para armar equipos y captar talentos’, dice.

El teletrabajo, que hasta ahora solo era tendencia en algunas firmas, pasará a ser la norma. Según la mayoría, este será un buen ejercicio para ir avanzando en esa línea de trabajo.

Algunos expertos también advierten que en tiempos difíciles surgen las mejores soluciones, porque la adversidad obliga a ‘pensar fuera de la caja’. Para Sebastián Gilbert, managing partner de Dadneo, esta es una oportunidad para que Chile deje de ser tan dependiente de sus recursos naturales. ‘Esta crisis demostrará que gran parte de esa mano de obra puede ser robotizada y trasladada a tareas más complejas, que agreguen valor a los recursos naturales extraídos. En el área de los servicios se desarrollarán nuevos y complejos sistemas de la mano de la inteligencia artificial, que permitirán automatizar y eficientar procesos’, destaca.

Von Igel coincide con ese pronóstico e incluso señala que la desaparición de trabajos podría acelerarse en este contexto, ya que ‘las tecnologías digitales están afectando todas las industrias a través de la automatización e inteligencia artificial, lo que conlleva a trabajar de forma distinta, e incluso a la desaparición de muchos trabajos. Estos procesos de mediano a largo plazo pueden verse acelerados por los shocks de corto plazo, como es el caso del teletrabajo y el reemplazo de mano de obra’.

Las nuevas oportunidades

Por otro lado, los efectos económicos del estallido social y del coronavirus han contraído a muchos inversionistas, quienes ante la incertidumbre y volatilidad de los mercados han decidido ponerles pausa a proyectos. Frente a esto, surge la pregunta de si la inversión en capital de riesgo, o venture capital, podría ser una opción para quienes buscan diversificar capitales. Para Andrés Castillo, gerente general del Instituto 3iE de la Universidad Federico Santa María, el venture capital es una alternativa altamente atractiva para diversificar riesgo y rentabilidad. ‘Especialmente para los family offices y fondos de pensiones, tal como ya sucede en los principales hubs de emprendimiento e innovación en el mundo’, agrega.

Desde Endeavor creen que las startups van a comenzar a tener más atención por parte de los inversionistas. ‘Va haber un cambio forzado de enfoque que va a llevar a que miles de emprendedores que están innovando en nuevas formas y productos asociados a la nueva forma de vivir estén cada vez más en el ojo de interés de estos inversionistas que están buscando relacionarse con productos y servicios escalables, pero por sobre todo que solucionen problemáticas reales, de la realidad en la que viviremos en los próximos años’, señala José Manuel Correa, director ejecutivo de Endeavor Chile.

En cuanto al rubro, Marcelo Díaz, director de Centros de Emprendimiento Colbún, comenta que las startups relacionadas con el delivery se hacen muy atractivas en estos casos versus colocar capital en mercados tradicionales, por el crecimiento de ventas que experimentan.

Además, coinciden los expertos, existen muchas innovaciones exitosas que han surgido en tiempos de crisis, como Facebook (burbuja.com) y Airbnb (subprime). Según Sofía Grez, CFO de ChileGlobal Ventures y directora de la ACVC, el llamado es a poder identificar esas oportunidades para generar mayor movimiento en la economía chilena y poder exportar esas soluciones a mercados internacionales: ‘Contamos con mucho talento en Chile para poder desarrollar soluciones y un ecosistema que promueve la inversión en empresas que puedan potenciar el movimiento económico del país, a través de las industrias en las que tenemos ventajas competitivas’.

En esa línea, podrían surgir soluciones orientadas al sector de la salud. Acorde al gerente general de Cells for Cells, spin off de la Universidad de los Andes, Roberto Bobadilla, las iniciativas del área biomédica que se están desarrollando en el país con financiamiento privado y público están demostrando ser competitivas a nivel internacional. ‘Una solución a los problemas sociales, económicos y de salud que actualmente enfrentan Chile y otros países se puede resolver a través de la generación de nuevo conocimiento aplicado, que resuelva problemas relevantes, y que pueda transformarse en productos y servicios de acceso masivo’, dice.

Fernández agrega que el alcance de la biotecnología va a ser mayor. ‘El coronavirus tiene que ver con temas como la producción animal. Eso va a llevar a que vamos a tener que pensar cómo producir proteína de forma distinta, desde proteínas vegetales hasta sistemas de antibióticos’, concluye.

 

 

Fuente : Fundación Chile (Este artículo se publicó originalmente en El Mercurio el 19 de marzo de 2020).