El respeto a las medidas para combatir la extensión del COVID-19 decretadas por la autoridad es fundamental. Todos debemos colaborar en este sentido. Sin embargo, hay actividades que no pueden ser interrumpidas, pues de hacerlo estaríamos agravando la situación sanitaria. Entre ellas destaca la gestión de residuos sólidos y la labor que cumplen miles de personas en la cadena de reciclaje.
En este sentido, Alejandro Navech, gerente general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR A.G.) –organismo que reúne a 29 socios del rubro del reciclaje– señala que el manejo de los residuos es un tema sensible para la población “porque su presencia genera virus, vectores, ratones e infecciones, por lo que es una actividad que debe seguir sin detenerse”.
Asimismo, el ejecutivo comenta que para ANIR, “todos los integrantes de la cadena de gestión de residuos, ya sea para la eliminación (que van a parar a rellenos sanitarios o vertederos) o para valorización (reciclaje) necesitan continuar su actividad. En especial, porque hay miles de familias de recicladores de base que se sustentan en torno a la recuperación de envases y embalajes como botellas de plástico, vidrio, latas, chatarra y cartones, que son un eslabón clave que hay que proteger”.
Esta labor se desarrolla recuperando materiales en casas o empresas, que posteriormente son vendidos a organismos que los convierten en materia prima para nuevos productos. La industria recicladora, en general, tiene políticas de “pronto pago”, que llegan incluso a las 24 horas como plazo máximo. De interrumpirse este flujo, la merma en los ingresos de los recicladores básicos será inmediata, quedando absolutamente desamparados por lo que la gran mayoría deberá dejar esta actividad.
Esto inevitablemente aumentará el desempleo: “Ya lo mencionó hace unos días la Ministra del Trabajo, María José Zaldívar, sobre la sensibilidad de continuar las cadenas de reciclaje y de residuos estables, y justamente enfatiza que cuando hay mayor cesantía aumenta el número de personas que trabajan en reciclaje”, destaca Alejandro Navech.
A pesar de la contingencia causada por el COVID-19, ANIR está atenta a proteger la recuperación de residuos apoyando a los miles de recicladores de base y a sus familias que viven del ingreso de la venta de estos productos a la cadena industrial del reciclaje. Es por esto que la asociación llama a confeccionar protocolos y condiciones de higiene mayores para los ciudadanos integrantes de esta cadena operacional sensible y también en la industria del reciclaje a la hora de recibir envases usados. Es importante destacar además que, de no dar continuidad a esto, todo lo que se ha hecho en términos de reciclaje va a perder fuerza. En este sentido, el representante de ANIR señala que “si dejamos de recuperar estos materiales potencialmente importantes para el reciclaje van a ir a rellenos sanitarios y las tasas de reciclaje nacional van a caer”.
En este momento en que muchas familias están en cuarentena se puede también dar un paso adelante en materia de educación medioambiental al enseñar a separar en origen materiales como plásticos PET, cartón, vidrio o aluminio, de manera que cuando se regularice la situación y se pueda llevar a los centros de acopio estos residuos estén debidamente diferenciados. La cuarentena nos está dando la oportunidad de cambiar hábitos y crecer en este ámbito que a larga beneficia a todos, porque es inculcar en los niños el cuidado del Planeta.