MARZO 2020
¿Qué pasa con el reciclaje en tiempos de coronavirus?

“A media máquina y esperando que esto pase luego”, responde la líder del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile, Soledad Mella, cuando se le consulta por cómo está desempeñando su trabajo ella y el resto de los recicladores de base que cumplen un papel primordial en la cadena del reciclaje domiciliario en el país.

Mella y sus asociados deben afrontar, como muchos sectores de la sociedad, los impactos del coronavirus en su rutina diaria, en la salud y en la economía. Según la histórica dirigenta, las empresas valorizadoras, como Recypet y Comberplast, no están comprando el material que los recicladores recolectan, ya que “tienen poco equipo de trabajo y le dieron salida a la gente mayor de edad”.

La situación de los recicladores, dice Soledad Mella, es “crítica” por cuanto “todo nuestro sistema de protección es básico. Salimos con guantes y mascarillas elementales, pero el que no tiene, sale sin protección nomás”. Para ella, de hecho, “sería mejor que ninguno de mis compañeros saliera a trabajar porque el contagio es inminente. Estamos más expuestos que nadie en este minuto”.

A esto se suma la determinación de decretar toque de queda, medida que, a juicio de la dirigenta, perjudica a los recicladores. “Ahora nos cerraron una puerta con el toque de queda, porque nuestros compañeros trabajan más de noche y de madrugada que en el día, retirando material y prestando servicios”, cuenta Soledad Mella.

La líder del movimiento de recicladores espera que el Ministerio del Medio Ambiente ayude a paliar las consecuencias de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19 para todos sus colegas. Piden apoyo económico para poder pagar las deudas, el arriendo y la comida, además de contar con un kit de seguridad. “Nosotros vivimos de la venta de nuestro material, no podemos parar eso”, asegura.

Providencia y MSUR siguen operativos

Al complejo panorama que enfrentan los recicladores de base se suma el de otros actores de la cadena. La empresa de ingeniería y asesoría en aplicación de economía circular, TriCiclos, tiene cerrados prácticamente todos sus puntos limpios, para evitar el desplazamiento de las personas, lo que ha redundado en ingentes pérdidas económicas.

“No ha sido sencillo. Nos hemos ido adaptando a las informaciones oficiales del Ministerio de Salud, pero hemos cerrado los puntos limpios a fin de evitar aglomeraciones. Depende del barrio y la región, pero tenemos todo cerrado. Como había que evitar aglomeraciones, tuvimos que implementar un sistema para que las personas se separaran, mantuvieran la distancia. También tuvimos que dotar a nuestros operadores con alcohol gel y mascarillas. Entonces para ellos era complicado llegar, y los materiales son foco de transmisión, por más que ellos estén protegidos con guantes y otras cosas”, dice Verónica de la Cerda, gerenta general de TriCiclos.

Tener los puntos limpios cerrados, efectivamente, evita la circulación de personas en estos espacios, lo que atenúa las posibilidades de adquirir un foco infeccioso. Aun en esta condición, los habitantes de Providencia siguen concurriendo a los parques y plazas donde se ubican estos puntos limpios, asegura la coordinadora de Medio Ambiente de dicha municipalidad, Paloma Valenzuela.

Otro actor importante en el reciclaje domiciliario, en el caso de envases y embalajes, es el programa MSUR Recicla, implementado por la Asociación de Municipios MSUR y que actualmente integra a nueve comunas socias. Con más de un año desde su implementación, su secretario ejecutivo Jaime Cataldo dice que el plan piloto de reciclaje a gran escala sigue operativo, con los resguardos necesarios, a pesar de la coyuntura sanitaria (ver más).

 

 

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