NOVIEMBRE 2017
Hans Eben, gerente general de Unilever, empresa socia de CENEM “La basura: un problema que no puede esperar”

Por Hans Eben. El objetivo es uno, ser cero residuos al relleno sanitario. La clave es el compromiso y la convicción de que no podemos seguir en un modelo de economía lineal donde consumimos y luego sólo desechamos.

La discusión de los últimos meses sobre los rellenos sanitarios, la complejidad de dónde ubicarlos y el inminente fin de su vida útil, nos pone en una situación de extrema importancia de la que nos debemos hacer cargo de forma efectiva, y nos obliga a cuestionarnos sobre qué hacemos con nuestra basura antes de que vaya a los rellenos sanitarios. Considerando, además, que entre los 34 países miembros de la OCDE, Chile es el país que más basura envía a rellenos sanitarios.

El giro debe ser radical y en vez de pensar en construir nuevos rellenos sanitarios, debemos poner todos nuestros esfuerzos en eliminarlos, pues es el único camino sustentable en el tiempo.

El paradigma es el que hay que modificar, dejar de pensar en basura y ver la oportunidad en la recuperación de los materiales, ya sea a través de la reutilización, del compostaje o del reciclaje.

Todo comienza en el momento en que elegimos qué productos vamos a consumir y cómo nos hacemos cargo de estos cuando creemos que terminó su vida útil. El fomento al ecodiseño es una manera de proyectar la fabricación de productos más amigables con el medioambiente, con más opciones de cerrar el círculo de producción y consumo responsable. Ese fomento debe ir de la mano del esfuerzo de las empresas proveedoras de plásticos y cartones por ofrecer opciones de materiales sustentables; reciclados y reciclables.

En el mundo hay buenos ejemplos, San Francisco es uno, la ciudad tiene como objetivo ser cero residuos en el 2020 y, para lograrlo, en 2009 se aprobó una ordenanza que obliga a los residentes y el comercio a reciclar y compostar sus residuos, convirtiéndose así en primera ciudad de América que obliga a compostar. Con el camino ya avanzado, a la fecha, sólo 20% de los residuos de la ciudad son enviados a relleno sanitario.

En Chile, más del 50% de los residuos que llegan a rellenos sanitarios son orgánicos, por lo tanto, son compostables, es aquí donde ordenanzas como la de San Francisco son un impulso, considerando además que actualmente en Chile sólo el 19,9% declara que recicla sus residuos.

Desde 2015 todas las fábricas y oficinas de Unilever en el mundo ya no envían residuos al relleno sanitario. En el caso de Chile, esta acción es equivalente a sacar de circulación 700 camiones de basura al año y la posibilidad de cerrar por tres días el relleno sanitario de Santa Marta. Asimismo, contribuye significativamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación generada por concepto de transporte y la descomposición de los residuos. La buena noticia es que varias empresas están siguiendo el camino y han convertido sus fábricas en cero residuos al relleno sanitario. Si sólo diez empresas fueran cero residuos, el relleno sanitario de Santa Marta podría cerrar durante un mes. En paralelo, estaríamos generando volumen suficiente para desarrollar mercado para residuos que hoy se podrían procesar, pero no concitan interés, porque es muy poco lo que se genera.

La ley de Responsabilidad Extendida del Productor también será un impulso, pero sólo si todos los actores de la cadena cumplen el rol que les corresponde para que el ciclo de la producción, consumo, separación, recuperación y reciclaje sea efectivo; con esto me refiero a la necesidad de incluir también a los productores de envases y a las municipalidades en la cadena de valor.

El objetivo es uno, ser cero residuos al relleno sanitario. La clave es el compromiso y la convicción de que no podemos seguir en un modelo de economía lineal donde consumimos y luego sólo desechamos, sin siquiera enterarnos de lo que pasa con nuestra basura.

*El autor es gerente general Unilever Chile.

Fuente : http://www.pulso.cl
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