Rodrigo Díaz es ilustrador gráfico e imparte clases en el Duoc UC. A cargo del Taller de Ilustración Editorial de la Escuela de Diseño, se propuso llevar adelante un ejercicio que resultó tan exitoso, que se transformó en un potente proyecto colaborativo: no sólo reunió varias carreras del centro de estudios, sino que –además- aunó a casi tres generaciones de alumnos.

El resultado es un atractivo libro hecho por alumnos de la carrera de Ilustración, que en poco más de cien dinámicas páginas presenta un resumen identitario nacional a base de sorprendentes y divertidas observaciones gráficas y textuales sobre el lenguaje, sus giros y sus usos, a partir de la compleja conjunción de las letras c y h, que en la dicción local tiende a tener una clara resonancia.

Se trata de ilustraciones digitales que representan modismos, nombres identitarios, ciudades y otras palabras propias de la cultura popular chilena y que comienzan con ch, letra que se eliminó del abecedario el año 1994 y, que sin embargo, forma parte de manera intensa en el lenguaje local.

El profesor propuso el concepto de línea editorial como un formato de libro y también la paleta cromática. Se optó por colores saturados porque la idea fue una propuesta juvenil. Si bien los alumnos ocuparon las mismas herramientas, cada uno las utilizó de manera distinta, proponiendo diversas ópticas de interpretación.

Díaz ha explicado que, al revés de lo común, en este proyecto el contenido fue posterior a la imagen, ya que conforme se tuvieron las ilustraciones se generaron los textos. En ese diálogo, se buscó siempre un nexo fluido y fresco, lo que caracteriza con holgura al libro, ya que de manera simple, plantea significados intensos y profundos.

“Chile se dibuja con ch” se ha convertido en un hito de la Escuela de Diseño del Duoc UC, ya que la producción del trabajo reunió al área de diseño gráfico –desde donde se armó la propuesta estética general de la publicación- a lo que se sumaron otras instancias académicas, las que –por ejemplo-trabajaron en los acabados de impresión.

El aporte externo fue el desarrollo de textos, a cargo de la actriz Paulina Muñoz, de quien gustó el uso gracioso del lenguaje, afín con la propuesta conceptual del libro. A partir de sugerencias sarcásticas e irónicas, los textos aparecen como “definiciones” de diccionario.

Un proyecto colaborativo que exuda trabajo en equipo y que, con talento y dedicación, aporta profundas visiones en torno a la identidad nacional.